Consejos para que el acero en tu hogar brille
En cualquier parte de tu casa, oficina o negocio podrás encontrar piezas en acero, bien sea porque así las adquiriste o te fueron suministradas, dicho material alberga casi el 50% de todos los utensilios y accesorios que usamos a diario ¿el por qué?
Sencillo, se trata de uno de los materiales más manejables, reutilizables, reciclables, pero sobre todo, resistentes y duraderos, de aquí que muchos utensilios de cocina y piezas de electrodomésticos, se encuentren revestidas en el mismo.
Es por ello, que una de las inquietudes de las amas de casa y fanáticos de la limpieza y del orden, es conocer cómo se puede hacer un buen pulido de acero inoxidable, sin llegar a maltratar la superficie o estropear el artefacto, y con los ingredientes adecuados para dejarlo limpio, brillante y lúcido.
Siendo esta la razón de este post, presta atención a los consejos que te indicamos a continuación, y ten muy en cuenta, que antes de proceder con la limpieza, debes de saber bien qué tipo de acero tratarás y la ubicación de la superficie sobre la cual trabajaras.
Agua, la mejor limpiadora y brilladora
En ocasiones tu acero solo presenta un poco de opacidad, si este es tu caso, lo más recomendable es limpiarlo con agua tibia, el proceso es muy sencillo:
- Colocas a tibiar un poco de agua, evita que hierva, ya que puede alcanzar una temperatura inmanejable, y no deseamos que te quemes.
- Busca un paño grueso, preferiblemente de algodón, que puedas sumergir en el agua, y luego pasar sobre el acero.
- Consigue una toalla o paño de gamuza, para que vayas secando el acero a medida que lo limpias, lo recomendable es que cumplas este paso, antes de que las gotas de agua se sequen sobre la superficie.
Limpiavidrios un gran aliado
Tal vez pensarás, pero ¿qué tiene que ver el acero con el vidrio? La respuesta es nada, pero el amoniaco que está presente en la fórmula limpiadora te vendrá como anillo al dedo. El procedimiento es el siguiente:
- Toma un paño y empápalo en limpiavidrios, procede a pasarlo sobre la superficie o el objeto con fuerza sostenida, asegúrate de retirar bien la suciedad incrustada, de ser necesario, puedes pasarle un cepillo de dientes por aquellas zonas, rendijas o ranuras donde la tela no pueda acceder.
- Con un poco de agua tibia retira el limpiavidrios y los residuos de suciedad que hayan quedado incrustados, lo ideal es que este paso lo hagas con agua líquida, más si bien, se trata de un artefacto eléctrico, debes de proceder con un paño sumergido en agua a hacerlo poco a poco, hasta que aprecies que no hay rastros ni de suciedad ni de limpiavidrios sobre el acero.
- Procura ir pasándole un paño seco, que te garantice el retiro de humedad, evitando así que se formen gotas de agua sobre el material.
Vinagre, aceite de oliva o agua bicarbonatada ¿Cuál será mejor?
Todo es cuestión del maltrato o la condición en la que se encuentre su acero, es por ello, que vamos a brindarte una serie de recomendaciones que te suplicamos no dejes pasar por alto.
En el caso del vinagre, lo aconsejable es que lo emplees en utensilios o superficies que cuenten con mucha suciedad, incluso que tengan un poco de grasa, el proceso es similar a los anteriores.
Tomas el paño, lo empapamos en vinagre y lo vas pasando, en caso de que esté muy adherido, puedes dejar reposar el líquido sobre el acero, por espacio de cinco minutos, y luego retirar con abundante agua tibia, recuerda que debes secar lo más pronto posible.
El aceite de oliva, se recomienda en el caso de que los aceros se encuentren muy desgastados, ya que esta sustancia viene a actuar como una especie de lubricante. Por lo que lo ideal es que solo lo pases por aquellas zonas en las que aprecies que ha perdido brillo, dejándola reposar por 10 minutos, para luego retirar con abundante agua fría (así es, has leído bien, con agua fría), luego recuerda secar con un paño.
La limpieza con agua bicarbonatada, se recomienda para los utensilios de cocina que llevan mucho tiempo guardado, lo ideal es sumergirlos en la sustancia por espacio de 10 a 15 minutos, para luego lavar con agua templada, al final se procede con su secado.