Parchís; la forma en cómo logró convertirse en uno de los juegos de mesa con mayor éxito
La popularidad de los llamados juegos tradiciones se ha convertido en una cuestión que más allá de considerarse una costumbre a través del tiempo, su aceptación acapara gran cantidad de personas por el gusto y la emoción que despierta en sus fanáticos sin necesidad de ser una imposición por catalogarse parte de la cultura popular de una región en particular.
En lo que a esto respecta se pueden mencionar diversidad de pasatiempos, pero para este caso queremos destacar los conocidos juegos de mesa, entretenimientos que en su amplitud de diferencias, convergen en un punto clave, y es el grado de intelectualidad que se debe tener para poder llegar a ser un jugador competitivo.
Claramente no queremos hacer referencia a la necesidad de ser dotado intelectualmente pero si se requiere de un porcentaje importante de inteligencia cognitiva, ya que esta clase de juegos ponen la mente y el cerebro en funcionamiento como posiblemente ningún otro de tipo de entretenimientos lo hace, sirviendo de ejercicio para estas partes del cuerpo y ayudando a evitar enfermedades de este origen en una edad más avanzada.
De tal manera, los beneficios aportados por prácticas como esta son múltiples, además de la mejora en la autoestima producto de ser un entretenimiento común en el que el esparcimiento y distracción son el principal objetivo, propiciando la comunicación e interacción con más personas en distintos espacios, mayormente al aire libre.
Suerte, inteligencia y emoción
Haciendo énfasis en tales parámetros, el Parchís es un juego que por sus características llama poderosamente la atención por la emoción y el entretenimiento que genera en los participantes, en donde se pueden que sucedan incontables situaciones que seguramente harán que estos lo disfruten por sobre todas las cosas.
Pero así mismo, el lado mental y estratégico no se puede dejar de lado, ya que saber colocar y mover correctamente cada una de las cuatro fichas cuando estas entren concretamente en el juego puede ser la diferencia entre ganar o perder. Los jugadores atrevidos por lo general suelen tener menos fortuna que los conservadores, ya que estos últimos sopesan mayor tiempo cada jugada, y en un alto porcentaje esto se traduce en el éxito del juego.
De igual manera, el factor suerte también tiene su dosis de importancia, siendo los dados el máximo representante de este apartado, si se tiene un buena partida en donde los dados estén de nuestro lado, no se necesitará tanto de la parte intelectual, sin embargo, siempre es importante hacer uso de esta, ya que no siempre la fortuna acompaña a los participantes.
Popularidad abrumadora
Es quizás por la combinación de estos rasgos que el juego ocupa un lugar importante dentro de las preferencias del público español, siendo preponderante la masividad que le han otorgado los más jóvenes, pero de lo cual no depende, ya que es natural que personas de todas las edades disfruten de la distracción sana y divertida que brinda tal atracción.
Es así como se puede intuir que la fama que ha adquirido el Parchís es sobresaliente, volviéndose un juego para disfrutar entre familia, amigos e incluso una forma de conocer gente nueva por medio de la interacción que puede generar entre las personas el conocimiento y la información que se tenga de esto, desde su historia hasta la evolución, pasando por su derivaciones y juegos semejantes.
Habitualmente, al ser un juego en el que pueden participar hasta 4 miembros, son más las personas que lo prefieren en comparación con otros tipos de juegos de mesas donde por lo general y salvo algunas excepciones, su accionar se limita a dos individuos por partida, haciendo que las acciones sean más movidas y por lo tanto más entretenidas. Sin duda alguna, el aspecto anímico que general el juego es un punto claramente a su favor.
Así mismo, existen tableros para hasta 8 participantes, los cuales generan mayor grado de integración y permiten que más personas puedan participar del mismo, haciendo un poco más prolongada la partida pero al mismo tiempo más entretenida, y teniendo un rango de acción mucho más amplio, pudiendo jugarse tanto en cuatro parejas de dos jugadores cada uno, como en equipos de cuatro e incluso de manera individual, garantizando en todos los casos que el aburrimiento desaparezcan por completo.