El vudú una práctica macabra: ¿Verdad o mito?
En el mundo esotérico, existen una gran cantidad de prácticas diferentes, algunas de ellas son más conocidas que otras, y hay otras que están rodeadas de un misterio y del desconocimiento por parte de las personas.
Un claro ejemplo de esto es el vudú, una práctica esotérica que está muy mal vista por las personas. Esto principalmente gracias a lo que vemos en las películas y series. Pero, ¿Realmente el vudú es tan malo como nos lo hacen ver? Hoy quiero hablarte un poco más sobre esta práctica, que la conozcas un poco más y quizá, romper algunos mitos que la envuelve.
¿Qué es el vudú?
El vudú es una religión proveniente de África y que ha estado presente en América desde los tiempos de la esclavitud. Esta es una religión del tipo teísta, ya que cree en un dios y animista, ya que da vida a objetos.
Esta es probablemente una de las religiones que cuenta con más mala fama en todo el mudo esotérico, eso se debe principalmente a que desde hace mucho tiempo se le ha ligado con prácticas negativas. Sin embargo, esto es algo que está muy alejado de la realidad, puesto que el vudú es una práctica que busca ayudar a las personas.
Cuenta con una gran cantidad de similitudes con religiones occidentales como el cristianismo. Y es que durante la época de la esclavitud, estas personas estaban sometidas a una gran mezcla religiosa.
Vudú: una religión que nace de la esclavitud
El vudú es una religión creada por esclavos africanos llevados a Haití, que terminaron convertidos convertidos por misioneros católicos romanos en los siglos XVI y XVII.
El vudú tiene una gran cantidad de similitudes con el cristianismo y las que se quieran iniciar en el vudú deben ser, de hecho, católicos romanos. El Dios cristiano se tiene visto como el creador del mundo, y el creador de los espíritus que tiene como objetivo el gobernar la humanidad y a la naturaleza.
Desde sus inicios, el vudú ha sido vista como una religión emancipadora a la cual solían recurrían los esclavos en esos momentos en lo que eran maltratados por sus patronos.
Es por ello que, los franceses dueños de esclavos empezaron a calificar al vudú como una amenaza y esta es una de las razones por la que ha sido distorsionada a través de la historia por colonialistas blancos y políticos haitianos, así como por otros líderes espirituales.
¿Es tan malo el vudú como dicen?
La idea de que el vudú es una práctica ligada con la magia negra y que utiliza para hacer el mal y hacer daño a las personas, sin embargo, esto es algo que dista bastante de la realidad. Lo cierto es que el vudú no es esa práctica oscura que muchas personas creen, ya que esto es ocasionado principalmente por la televisión y las películas.
Sin embargo, a igual que cualquier otra religión en el mundo, el objetivo del vudú es ayudar a las personas, mejorar su fortuna y solventar problemas. En este sentido, tenemos que el vudú es una religión que ha sido duramente criticada por las personas alrededor del mundo.
Si bien es cierto, que el vudú, al igual que muchas otras religiones alrededor del mundo, también pueden llegar a utilizarse para cosas malas, también es necesario mencionar que aquellos sacerdotes que se aprovechan del vudú para realizar malas acciones, son criticados por los mismos seguidores de la religión.
Elementos más importantes del vudú
Seguramente, habrás escuchado sobre algunos elementos que son característicos del vudú, como por ejemplo, el muñeco vudú o el Vudú Candombé de 7 nudos. Sin embargo, hay muchos otros elementos que conforman esta religión.
Muñeco vudú: el muñeco vudú es uno de los elemento más distintivos de esta práctica. Usualmente se le tiene visto como algo maligno, pero lo cierto es que el muñeco vudú es un elemento que fue creado para atraer la buena fortuna.
Vudú candomblé: este es un hechizo bastante particular y el cual se utiliza con la finalidad de unir a dos personas y alejar a aquellas personas que intentan interponerse dentro de una relación.
Magia de sangre: la magia de sangre es el equivalente a la magia negra en el vudú. Si bien es cierto que es una práctica muy poderosa, son muy pocos los sacerdotes que se atreven a ponerla en práctica.