El siguiente es un cuerpo de información con un buen grado de detalle que con suerte responderá algunas de las preguntas (y ansiedades) más comunes de las personas sobre el virus del papiloma humano. Sin duda, el tipo de conducta frente a la infección por VPH que desarrolle cuando se entere de su aparición (o no) será decisivo para su vida, y es importante estar armado con conocimiento para salir delante de la mejor manera posible.

¿Qué es el virus del papiloma?

El virus del VPH (virus del papiloma humano) es parte de la familia Papovavirus, que son virus de ADN. Hay 180 tipos diferentes y tienen que ver con la patología del sistema genital femenino.

Se dividen en 2 grandes grupos, los de alto y bajo riesgo oncogénico. El VPH es, de hecho, el factor determinante en la aparición del cáncer de cuello uterino pero también causa otros tipos de cáncer en el tracto genital, anogenital y bucal.

¿Cómo se contrae?

La principal vía de propagación y transmisión es la sexual. Otras formas no están claras, pero se sabe que en pacientes vírgenes la presencia del virus es prácticamente nula, ya que esto confirma la transmisión sexual.

También puede haber una propagación del virus por “contacto” en el caso de contacto directo con alguien que tenga una “lesión contagiosa”, como verrugas.

Entonces, por ejemplo, un contagio en los baños públicos puede ser accidental, pero es bueno aclarar que estas lesiones contagiosas, que pueden resultar del contacto directo, caen dentro de las formas de VPH de bajo riesgo. Por lo tanto, es indudable que deben extraerse y tratarse, pero nunca provocarán cáncer de cuello uterino.

¿Qué cepas se consideran peligrosas?

Las cepas 16 y 18 son responsables del 70% de los cánceres de cuello uterino. Las cepas 31, 33, 35, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68 y 73 tienen un riesgo superior al 45% de desarrollar cáncer.

¿Qué son las verrugas?

Las verrugas son parte de las manifestaciones del VPH, pero son el resultado de una infección por papiloma de bajo riesgo. Se tratan por igual porque forman parte de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y son lesiones cutáneo-mucosas del sistema genital que contienen los virus 6 y 11 (no son cepas cancerosas, pero sí muy contagiosas).

Son visibles externamente como verrugas, sin embargo, también se debe evaluar la parte interna. Son comunes tanto en hombres como en mujeres y también se pueden transmitir a través del contacto.

¿El VPH también afecta a los hombres?

Sí, los hombres también contraen el virus y sobre todo contribuyen a propagarlo. De hecho, mientras que los datos de prevalencia de la infección muestran dos picos alrededor de los 25 y 45 años con una disminución en el período intermedio, en la población masculina la prevalencia de la infección sigue siendo alta a lo largo de la vida.

Por tanto, los hombres constituyen un importante reservorio de virus. No obstante, en ellos se manifiesta con efectos menos evidentes: en porcentaje es más raro que los hombres tengan lesiones pero no están exentos.

El problema es que, a diferencia de las mujeres, actualmente no existen pautas precisas para diagnosticar a los hombres, ni siquiera con las pruebas.

También por estas razones, el uso de condones con nuevas parejas es siempre el mejor consejo. Es importante señalar que los hombres homosexuales son más susceptibles que la población general masculina a desarrollar cáncer anal relacionado con el VPH.

¿Existe una cura médica para el virus del papiloma?

Actualmente no está comprobado que existan productos médicos capaces de ayudar al sistema inmunológico a erradicar el virus. Tampoco existen, por ahora, complementos alimenticios o inmunoestimulantes que tengan una eficacia probada para revertir lesiones.

Además, aún no se ha encontrado una vacuna terapéutica, sino solo preventiva. Pero, a pesar de que no hay cura para el virus, existe la posibilidad de tratar las lesiones.

¿Existen medidas que puedan prevenir el virus?

En primer lugar, es recomendable centrarse en los factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de contraer el virus: el tabaquismo, el número de parejas sexuales y la frecuencia de las relaciones sexuales, el uso de la píldora durante más de 5 años, la edad de primera relación sexual, la coexistencia de otras enfermedades de transmisión sexual y el tener más de 5 hijos.

En lo que a protección se refiere, el condón no es 100% efectivo, pero sigue siendo la mejor solución ya que tiende a eliminar la posibilidad de que existan microtraumas en las relaciones sexuales que puedan abrir el camino a una transmisión directa del virus.

Evidentemente, existe un riesgo mínimo de infección que deriva del contacto sexual oral y anal, ypor ende, dichas prácticas también pueden contagiar.